quinta-feira, março 10, 2005
Ni hola, ni buenas, ni que tal,
pues el día, la verdad, me ha ido mu mal
Y encima, voy y leo: día diez, es de los buenos
Malditos horócopos para primitivos,
de aquí vienen los suicidios
Aunque bueno, quizá mañana voy al cine,
y aquí como a mi no me sale rima, rellene .............. la anterior linea de puntos con la suya.
JOP!
pues el día, la verdad, me ha ido mu mal
Y encima, voy y leo: día diez, es de los buenos
Malditos horócopos para primitivos,
de aquí vienen los suicidios
Aunque bueno, quizá mañana voy al cine,
y aquí como a mi no me sale rima, rellene .............. la anterior linea de puntos con la suya.
JOP!
Evita y la Luna
Evita se pasó todos sus años de niñez diciendo que quería la luna. Cuando soplaba las velas, pensaba en la luna. Cuando veía una estrella fugaz, pedía la luna. Cuando le preguntabas sus padres, quería la luna. Incluso mientras dormía, Evita soñaba con la luna. Se pasó años y más años de su vida, día tras día, farfullando, mascullando, incluso chillando si podía, que quería la luna. Un día, su abuela, a la que siempre hacía caso (casi se podría afirmar que era a la única a la que hacía caso, aún con sus más y sus menos) le preguntó por que quería la luna con tantas ansias, si tan siquiera la había visto de cerca ni la había podido tocar. Evita, convencida en su respuesta, pero escéptica (para ella era evidente el porqué), le contestó: "Es grande, redonda, bella, tranquila... es LA LUNA, abuela!" Al ver la cara de ilusión de su nieta, la sabia mujer, la miró con una ceja arqueada y le susurro que ella sabía como Evita podía conseguir LA LUNA. Sorprendida y con los ojos abiertos como platos, la niña ni siquiera pudo preguntar el cómo, así que su abuela le empezó a contar: "La luna está en el cielo, un poco antes de llegar a la luna, hay las estrellas, y un poco antes de las estrellas, están las nubes, y un poco antes de las nubes, las montañas. Solo debes ir saltando de uno a otro hasta llegar a LA LUNA. Aunque te aviso: quizá te decepciona, ya que puede ser que no sea la luna lo que buscas en realidad." Aún con las palabras de su abuela paseando por la cabeza, Evita se durmió, pero no sin haberse planteado seriamente ir al día siguiente a la montaña más alta que ella conocía y a la que ella podía llegar, el tejado de su casa. Así pues, bien de mañana, empezó a tramar un plan: A eso de seis de la tarde, cuando volviera del colegio, escalaría al tejado sin más maleta que su ropa y esperaría a que llegara una nube bien frondosa para subirse encima. Eran exactamente las seis y cuarenta y cinco minutos cuando una nube tan grande como la cama en la que dormía, apareció revoloteando por el cielo. Con un salto (era la que saltaba más alto de su clase) se subió encima y espero que la nube empezara a coger altura para que, una vez hubiera oscurecido, pudiera saltar a una estrella. A las nueve y treinta y ocho, Evita estaba ya en una estrella más feliz que nunca, y a las doce y doce minutos, aterrizaba en LA LUNA.
Pero Evita no era aún feliz. LA LUNA era fría, seca y sin ninguna diversión, y sin saber por que, no dejaba de acordarse de cuando estaba en la estrella desde dónde saltó. Se acordaba de que era brillante, no hacía frío, y estaba lo suficientemente cerca de su casa como para bajar al colegio y ver a su abuela. Recordó que fue en la estrella dónde fue feliz, y que desde ahí no miró a la luna ni una vez, ni siquiera para calcular la fuerza con la que debía saltar. Así pues, sin saber el cómo ni el porqué, Evita saltó otra vez a la estrella, recordando en el mismo instante en el que posaba los pies las palabras de su abuela: Quizá la luna no es lo que buscas en realidad.
---> Para mis niñas, mis niños (Sorro: siento no haber usado tu comienzo), i pel meu nen.
APUNTE: Si habéis conseguido llegar hasta aquí, os doy sinceramente las gracias. Aps, y esto no es un cuento para niños, llámalo metáfora, llámalo cuento, llámalo que llevaba demasiado tiempo sin escribir.
Evita se pasó todos sus años de niñez diciendo que quería la luna. Cuando soplaba las velas, pensaba en la luna. Cuando veía una estrella fugaz, pedía la luna. Cuando le preguntabas sus padres, quería la luna. Incluso mientras dormía, Evita soñaba con la luna. Se pasó años y más años de su vida, día tras día, farfullando, mascullando, incluso chillando si podía, que quería la luna. Un día, su abuela, a la que siempre hacía caso (casi se podría afirmar que era a la única a la que hacía caso, aún con sus más y sus menos) le preguntó por que quería la luna con tantas ansias, si tan siquiera la había visto de cerca ni la había podido tocar. Evita, convencida en su respuesta, pero escéptica (para ella era evidente el porqué), le contestó: "Es grande, redonda, bella, tranquila... es LA LUNA, abuela!" Al ver la cara de ilusión de su nieta, la sabia mujer, la miró con una ceja arqueada y le susurro que ella sabía como Evita podía conseguir LA LUNA. Sorprendida y con los ojos abiertos como platos, la niña ni siquiera pudo preguntar el cómo, así que su abuela le empezó a contar: "La luna está en el cielo, un poco antes de llegar a la luna, hay las estrellas, y un poco antes de las estrellas, están las nubes, y un poco antes de las nubes, las montañas. Solo debes ir saltando de uno a otro hasta llegar a LA LUNA. Aunque te aviso: quizá te decepciona, ya que puede ser que no sea la luna lo que buscas en realidad." Aún con las palabras de su abuela paseando por la cabeza, Evita se durmió, pero no sin haberse planteado seriamente ir al día siguiente a la montaña más alta que ella conocía y a la que ella podía llegar, el tejado de su casa. Así pues, bien de mañana, empezó a tramar un plan: A eso de seis de la tarde, cuando volviera del colegio, escalaría al tejado sin más maleta que su ropa y esperaría a que llegara una nube bien frondosa para subirse encima. Eran exactamente las seis y cuarenta y cinco minutos cuando una nube tan grande como la cama en la que dormía, apareció revoloteando por el cielo. Con un salto (era la que saltaba más alto de su clase) se subió encima y espero que la nube empezara a coger altura para que, una vez hubiera oscurecido, pudiera saltar a una estrella. A las nueve y treinta y ocho, Evita estaba ya en una estrella más feliz que nunca, y a las doce y doce minutos, aterrizaba en LA LUNA.
Pero Evita no era aún feliz. LA LUNA era fría, seca y sin ninguna diversión, y sin saber por que, no dejaba de acordarse de cuando estaba en la estrella desde dónde saltó. Se acordaba de que era brillante, no hacía frío, y estaba lo suficientemente cerca de su casa como para bajar al colegio y ver a su abuela. Recordó que fue en la estrella dónde fue feliz, y que desde ahí no miró a la luna ni una vez, ni siquiera para calcular la fuerza con la que debía saltar. Así pues, sin saber el cómo ni el porqué, Evita saltó otra vez a la estrella, recordando en el mismo instante en el que posaba los pies las palabras de su abuela: Quizá la luna no es lo que buscas en realidad.
---> Para mis niñas, mis niños (Sorro: siento no haber usado tu comienzo), i pel meu nen.
APUNTE: Si habéis conseguido llegar hasta aquí, os doy sinceramente las gracias. Aps, y esto no es un cuento para niños, llámalo metáfora, llámalo cuento, llámalo que llevaba demasiado tiempo sin escribir.
segunda-feira, março 07, 2005
LONDON CALLING!!!!!!
Casi confirmado! Gemmeta de working woman por Butlins (Véase Londres) with la rubia! Ole ole ole!
PD: Guapu!
PD2: Si no sabéis a que viene... siempre os quedará Google.
Casi confirmado! Gemmeta de working woman por Butlins (Véase Londres) with la rubia! Ole ole ole!
PD: Guapu!
PD2: Si no sabéis a que viene... siempre os quedará Google.
domingo, março 06, 2005
A L'HIVERN FA FRED, A L'ESTIU CALOR
O yo estoy muy desquiciada con la sociedad, o mi coeficiente intelectual es, o demasiado alto, o demasiado bajo. Y me explico:
En invierno hace frío, y en verano hace calor. Y a pesar del cambio climático, se supone que esto ha sido así desde e principio de los tiempos y en teoría, no tiene por que cambiar. Entonces, ¿Para que hacer un reportaje de media hora de duración en el telenoticias para confirmar éste hecho?
POR DIOS! ACÉPTENLO! EN HINVIERNO HACE FRIO, Y EN VERANO, CALOR!!!!
O yo estoy muy desquiciada con la sociedad, o mi coeficiente intelectual es, o demasiado alto, o demasiado bajo. Y me explico:
En invierno hace frío, y en verano hace calor. Y a pesar del cambio climático, se supone que esto ha sido así desde e principio de los tiempos y en teoría, no tiene por que cambiar. Entonces, ¿Para que hacer un reportaje de media hora de duración en el telenoticias para confirmar éste hecho?
POR DIOS! ACÉPTENLO! EN HINVIERNO HACE FRIO, Y EN VERANO, CALOR!!!!
